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De repente, nadie supo cómo, el nivel de los mares comenzó a bajar a un
ritmo pavoroso.
El primer mes bajó diez metros. En consecuencia, el mar retrocedió
apreciablemente, en algunos lugares varios kilómetros. Todas las ciudades
costeras dejaron en un mes de ser costeras. Mientras el mundo entero entraba en
pánico, el segundo mes el nivel cayó cuarenta metros, y el tercer mes, más de
cien. Cerca de la cambiante línea de costa el olor a pescado muerto era
insoportable. Las islas se agrandaron, uniéndose muchas a los continentes.
Nuevas islas aparecieron. El contorno de los continentes cambió hasta quedar
irreconocible.
La reducción en superficie del mar provocó cambios climáticos enormes. Las
lluvias disminuyeron y comenzaron a secarse los ríos; en regiones donde
anteriormente el clima era templado el calor del día era increíble y a la
noche la temperatura bajaba por debajo de cero. Los desiertos se propagaron
rápidamente, y enormes nubes de polvo y arena barrieron el planeta. La mayor
parte de la población ya había muerto de sed o por las pestes; hubo un éxodo
hacia las costas, y los grupos que quedaron eran nómadas, ya que las costas
retrocedían día a día.
Luego de un tiempo, los mares terminaron por desaparecer por completo, dejando a
la vista los enormes agujeros por los que el agua había escapado hacia el
centro de la Tierra. Pero el fondo del mar no tardó en secarse y los agujeros
fueron rápidamente tapados pro la arena.
Enormes tormentas de arena se adueñaron del planeta, hasta tapar todo.
Mayo de 1994
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