El estado de alarma mundial comenzó unos días antes de la Gran Lluvia. A
través de los ojos electrónicos y fríos de los satélites, la Humanidad vio,
horrorizada, cómo una densa capa de nubes cubría el planeta. El último
Debate Mundial del origen de las nubes; nunca había ocurrido algo semejante, y
hasta ese momento se había considerado imposible que el mundo entero quedara
cubierto. En pocos días, y mientras la lluvia comenzaba, tuvieron lugar obras
de evacuación y de ingeniería para mantener los ríos dentro de sus cauces.
Pero la magnitud de la lluvia había sido enormemente subestimada. Las
inundaciones más graves comenzaron en las ciudades y luego invadieron los
campos. Los ríos crecieron sin control, engullendo poblaciones enteras; el
nivel de los mares comenzó a subir. El agua, madre de la vida en el planeta,
era ahora su verdugo. El pánico de la gente fue incontrolable. Millones
perecieron intentando abordar los pocos barcos que quedaban en los puertos. Los
edificios altos se hacinaron de gente; los que podían se refugiaban en las
montañas. Pero de nada sirvió. El agua siguió su ascenso hasta cubrir la
Tierra por completo, salvo una cadena de islotes que quedaron en lo que alguna
vez habían sido los Himalayas. Enormes tormentas en el mar hundieron los
barcos. Sólo la vida marina escapó al cataclismo. Marzo de 1994 |
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